3. Características básicas
de las fundaciones españolas

3.1. Censo. Estatus de las fundaciones: nivel de actividad

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El proceso de consolidación fiscal en las AAPP que habría podido provocar una extinción o reagrupamiento de algunas fundaciones públicas.

Aunque somos conscientes de las divergencias que pueden producirse entre las fundaciones registradas y no extinguidas (FRNE) y las fundaciones con actividad efectiva (FAE)6, hemos optado por esta distinción ya que constituye un elemento de clasificación objetivo y objetivable, lo que permite una comparación dinámica facilitando una visión temporal de los resultados. No obstante, estos resultados serán matizados para, en función de datos cualitativos, hacer una estimación del número de FAE en España para el período considerado 2008-2019. Como se señaló anteriormente, los datos ofrecidos como provisionales para los años 2015 a 2017 deben tomarse con la debida cautela dado que, al no tener acceso a los datos proporcionados por los registros y los protectorados, no han podido ser contrastados con fuentes externas a la AEF. Lo mismo ocurre con los datos de avance para los años 2018 y 2019, dada la ausencia de gran cantidad de información estadística disponible a nivel fundacional para la elaboración de los indicadores agregados del sector o subsectores.

Como se aprecia en el Cuadro 1, el número total estimado de FRNE se incrementó inicialmente desde 13.334 en 2008 hasta 13.981 en 2010, reduciéndose transitoriamente hasta 13.531 en 2011 para luego aumentar paulatinamente desde 13.939 en 2012 hasta 14.729 en 2019, por lo que estimamos que este colectivo ha experimentado un notable avance desde 2008, contando ahora con 1.395 unidades más que entonces.

Como hemos comentado anteriormente, después de un proceso de depuración estadística y a partir de los criterios de actividad derivados de la información proporcionada por la base de datos de la AEF7, hemos procedido a estimar el número de FAE (es decir, con algún tipo de actividad real en función de su objeto social y que no se encuentran en estado latente). Los resultados aparecen reflejados también en el Cuadro 1. En él se puede observar cómo este grupo registró un incremento inicial desde 9.594 en 2008 hasta 9.823 en 2009, para reducirse posterior- mente progresivamente hasta 8.625 en 2014 y, tras experimentar una notable subida hasta 9.048 en 2017, crecer paulatinamente hasta 9.218 en 2019. Comparando los datos final e inicial de la serie, se observa una pérdida de 376 fundaciones, lo que pone de manifiesto que, pese una incipiente recuperación detectada desde 2017, el tejido fundacional no ha recuperado la dimensión que tenía en 2008.

En esta evolución pueden haber desempeñado un papel clave dos hechos significativos registrados durante estos años: en primer lugar, el proceso de consolidación fiscal en las AAPP que habría podido provocar una extinción o reagrupamiento de algunas fundaciones públicas, especialmente en las Comunidades Autónomas (CCAA); y, en segundo lugar, la reestructuración pro- funda de las Cajas de Ahorro, ya que si bien sus fundaciones no son especialmente relevantes en número, si han desempeñado un papel significativo en la financiación del sector, por lo que su desaparición ha podido inducir el cese de actividad de otras mu- chas fundaciones. Asimismo, tanto durante la recesión, como en los primeros años de la incipiente recuperación, las fundaciones se vieron obligadas a tomar decisiones estratégicas extremas so- bre la manera de llevar a cabo sus proyectos, su estructura de

financiación y, sobre todo, su forma de organización y gobierno. En algunos casos, estas decisiones han pasado por la realización de revisiones estructurales que se han concretado, en ocasiones, en procesos de modificación estatutaria con cambios en la estructura y funcionamiento de sus órganos de gobierno derivados de la reorganización de sus propias actividades e incluso la fusión con otras fundaciones.

Por último, y dada su relevancia dentro del universo fundacional, hemos calculado también el número de FAE con empleo a partir de los datos aportados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social. En este caso, el comportamiento temporal es marcadamente dife- rente, ya que la reducción significativa en el número de fundaciones se inicia en 2008 (año en el que se contabilizaban 6.597 fundaciones con estas características) y se mantiene hasta 2014 (año en el que se llega al mínimo de la serie con 5.499 fundaciones), perdiéndose 1.098 fundaciones con empleo registrado en este periodo (es decir, el 17 por ciento). Sin embargo, a partir de ese año se observa un proceso de repunte gradual desde 5.634 fundaciones en 2015 hasta 5.840 fundaciones en 2019, lo que implica que en el último año para el que disponemos de datos el sector ha incrementado en 341 unidades el número de fundaciones que desempeñan su actividad con empleados declarados. Cabe señalar que estas estimaciones revelan una dinámica muy sintonizada con el comportamiento del mercado de trabajo en España.

5Debe tenerse en cuenta que el estudio contempla fundaciones privadas civiles y otras fundaciones, como las canónicas.

6Estos datos son netos, calculados como la suma de fundaciones registradas y nuevas fundaciones constituidas, menos las fundaciones extinguidas.

7En este sentido, es necesario redoblar los esfuerzos dedicados a la actualización de los datos de actividad de las fundaciones en las bases de datos de la AEF mediante un adecuado y periódico seguimiento de las fundaciones colaboradoras.

3.2. Creación de nuevas fundaciones. Antigüedad

La constitución de nuevas fundaciones se acelera en el período 2003-2012 debido a la Ley de Fundaciones de 2002 y al nuevo marco de incentivo fiscal al mecenazgo.

El 73 por ciento de las fundaciones activas tenían en el año 2019 una antigüedad inferior a veinticinco años, por lo que se habían constituido con posterioridad a la primera Ley de Fundaciones de 1994. Tal como se deduce del Gráfico 1, esta ley significó un importante incentivo para la creación de fundaciones por cuanto el 24,21 % de las FAE se constituyeron en los siete años inmediatamente posteriores a su promulgación (1995-2002) y el 48,80 por ciento desde 2003 hasta 2019.
Respecto a las fundaciones activas creadas con anterioridad a 1994, el 12,71 por ciento iniciaron su andadura antes de 1978, mientras que el 14,28 por ciento fueron constituidas entre 1979 y 19948.

Así pues, podemos observar que la constitución de nuevas funda- ciones se acelera en el período 2003-2012 debido, fundamental- mente, tanto a la Ley de Fundaciones de 2002 como al nuevo mar- co de incentivo fiscal al mecenazgo y la participación social, así como a la situación de bonanza económica y financiera, tanto de institucio- nes privadas como del SP en el período 2003-2009. A partir de este último año comienzan a sentirse los efectos dramáticos de la crisis económica en el funcionamiento del sector con una caída importan- te de las FAE en 2011. Esta dinámica parece modificarse asistiendo a un ligero repunte de las fundaciones con algún tipo de actividad real en función de su objeto social entre 2013 y 2019, no así las fundaciones activas efectivas con empleo (FAEE), que se mantienen estables por razones inherentes a las obligaciones estructurales que se generan por creación o ampliación de plantillas en momentos de cierta incertidumbre económica9.

8Sería interesante realizar un análisis pormenorizado de los datos de constitución que arrojase luz sobre las circunstancias, incentivos y dificultades a las que se enfrentaron las fundaciones en este proceso, así como examinar empíricamente la relación entre la antigüedad y efectividad en el sector fundacional, caracterizar estadísticamente los determinantes de la supervivencia en el tiempo de las fundaciones y estudiar las causas y consecuencias de la decisión de cese de actividad por parte de las fundaciones.

9Sería interesante realizar un análisis cuantitativo de los determinantes de la constitución de fundaciones, con especial énfasis en el papel desempeñado por la coyuntura económica, que ofrezca evidencia empírica sobre el comportamiento del sector ante las recesiones asumiendo prestación de servicios y bienes de interés general.

3.3. Distribución geográfica

Del Cuadro 2 se desprende que, entre 2008 y 2019, Madrid es la Comunidad Autónoma con mayor número de FAE (2.113 en pro- medio) y, junto con Cataluña (con una media de 2.057 fundaciones), suponen el 46 por ciento del total de las FAE españolas.

Andalucía es la tercera comunidad autónoma en la distribución geográfica de las fundaciones españolas, con una media de 948 fundaciones en el período 2008-2019, lo que representa el 10,5 por ciento el sector fundacional español, seguidas de la Comunidad Valenciana (con un valor promedio de 556 fundaciones, es decir, el 7,2 por ciento del total). Galicia (472 fundaciones, lo que supone el 5,2 por ciento), País Vasco (con 461 fundaciones, el 5,1 por ciento) y Castilla y León (con 457 fundaciones, el 5,0 por ciento del total)

Entre los años 2008 y 2019, la densidad fundacional media en España se sitúa en 20 unidades por 100.000 habitantes. Durante este periodo, las CCAA con mayor densidad fundacional han sido Madrid con 33 unidades, Cantabria y Navarra con 31, Cataluña con 28 y Aragón con 25. Por su parte, las CCAA con menor densidad fundacional son, además de Ceuta y Melilla (que cuentan con 6 fundaciones por cada 100.00 habitantes), Canarias (9) Murcia (10), Andalucía (12) y Castilla-La Mancha (12). Resulta de interés resaltar la estrecha correlación que existe entre el grado de desarrollo económico de la Comunidad en términos de producto interior bruto y la extensión del sector fundacional, por lo que no es aventurado afirmar que un mayor desarrollo económico conlleva una mayor implicación de la sociedad civil.

3.4. Tamaño

El mayor porcentaje de FAE españolas corresponde a las fundaciones pequeñas.

Para la constitución de una fundación se requiere una dotación inicial, adecuada y suficiente para el cumplimiento de los fines fun- dacionales previstos, estableciendo el ordenamiento legal una pre- sunción de suficiencia de la dotación cuyo valor ascienda, como mínimo, a 30.000 euros.

Como se puede observar en el Gráfico 3, durante el periodo considerado, el mayor porcentaje de FAE españolas corresponde a las fundaciones pequeñas, con dotaciones fundacionales comprendidas entre 30.000 y 500.000 euros, suponiendo en términos promedios el 40,63 por ciento del total de FAE entre 2008 y 2019

Le siguen en orden de importancia las microfundaciones, aquéllas que cuentan con dotaciones inferiores a 30.000 euros (que representan una media del 22,63 por ciento del total) y las fundaciones de tamaño medio (entre 500.000 y 1.200.000 euros, que su- ponen un 12,60 por ciento del total). Comparando los datos referentes al año inicial y final, destaca la pérdida de importancia relativa de las microfundaciones (que pierden 14,02 puntos porcentuales, al pasar del 35,75 por ciento del total al 21,73 por cien- to), mientras que las fundaciones pequeñas y medianas ganan en peso relativo (4,42 y 1,60 puntos porcentuales, respectivamente).

Este comportamiento pone de manifiesto que la crisis afectó especialmente a esta categoría de fundaciones abocándolas a su des- aparición o latencia, emprendiendo algunas de ellas un esfuerzo de reestructuración y aumento de tamaño durante la fase expansiva para poder llevar a cabo de forma más adecuada y sostenible los fines de interés general para los que fueron creadas.

Por lo que se refiere a las grandes fundaciones, las que superan los 2.400.000 de euros de dotación inicial, se sitúan al comienzo del período en el 11,26 por ciento del total, ganando 4,74 puntos porcentuales en su participación relativa sobre el total hasta llevar al 16 por ciento en 2019, siendo 14,69 por ciento su peso medio en el sector durante el período temporal analizado. Las fundaciones más relevantes dentro de esta categoría son las del grupo V que cuentan con ingresos anuales comprendidos entre los 10 y los 50 millones de euros, cuya participación relativa en el total oscilan entre un 8,11 y un 11,53 por ciento durante los años 2008-2019, situándose su peso medio durante esos años en el 10,16 por ciento. Cabe reseñar también el crecimiento en términos relativos de las megafundaciones (con ingresos superiores a 50 millones de euros), que pasan de representar el 0,45 por ciento del sector en 2008 al 1,35 por ciento en 2019, triplicando su peso.

3.5. Tipos de fundadores: Iniciativa pública y privada

Como puede apreciarse en el Cuadro 3, estimamos que el porcentaje de las fundaciones españolas activas efectivas fundadas por personas jurídicas ha ido disminuyendo paulatinamente desde el 31,56 por ciento en el año 2008 hasta el 27,28 por ciento en el 2019 (situándose su valor promedio los años objeto de estudio en el 29,18 por ciento). Por su parte, el porcentaje de las fundaciones españolas activas efectivas fundadas por personas físicas ha experimentado un gradual aumento desde el 68,44 por ciento registra- do en el año 2008 hasta el 72,72 por ciento en 2019 (con un valor medio de 70,82 por ciento para el conjunto de esos años), lo que revela el creciente papel de las fundaciones como vehículos de la filantropía personal en España.

Entre los fundadores-personas jurídicas de las fundaciones españolas (Cuadro 4), las tipologías más recurrentes son las de carácter privado, cuyo porcentaje va incrementándose a lo largo del periodo considerado, del 64,05 por ciento de 2008 hasta el 67,63 por ciento de 2019 de las FAE (con un valor promedio del 65,86 por ciento durante el periodo analizado), y las de carácter público, que reducen consecuentemente su participación desde el 35,95 por ciento en 2008 al 32,27 por ciento en 2019 (siendo 34,14 por ciento su peso medio). Dentro de las primeras, las de carácter privado, destacan las iniciativas de las asociaciones como promotores de fundaciones (que representan el 37,77 por ciento de las personas jurídicas privadas, cuyo porcentaje se ha ido reduciendo desde el 40,14 por ciento inicial hasta el 37,70 por ciento de 2019), las propias fundaciones (cuyo peso medio durante el período se sitúa en el 17,82 por ciento, experimenta altibajos desde el 22,44 por ciento de 2008 hasta el 16,12 por cuento de 2013, para posteriormente reducirse paulatinamente hasta el 15,65 por ciento de 2019) y las sociedades mercantiles (que a diferencia de las anteriores su peso asciende a lo largo de los años del 10,17 por ciento inicial al 22,60 por ciento de 20149). Por su parte, en el caso de las personas jurídicas de carácter público el mayor peso recae en las CCAA (cuyo porcentaje pro- medio se sitúa en el 42,81 por ciento durante el periodo considerado), seguidas, en orden de importancia, por las entidades locales (con un 30,56 por ciento del total) y la Administración General del Estado (con un 16,05 por ciento).

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